Golpe en la polla. ¿Quién lo hubiera previsto? El que diga "yo", no le creo. De repente alguien podía decir que Rafael Nadal no iba a conseguir este año el título de Roland Garros, pero que pierda en cuarta ronda con Robin Soderling, era simplemente impensado.
Hoy pensé que escribiría sobre la derrota de ayer de Novak Djokovic ante Philipp Kohlscreiber, que hasta ayer había sido la sorpresa del torneo, y vaya que fue una gran sorpresa. Pero lo de hoy, es algo más que grande.
Soderling, preclasificado número 23, se jugó el partido de su vida, jugó de verdad de forma espectacular, con una potencia y velocidad propias del número uno del mundo al que venció hoy. El sueco no lo dejó a Nadal jugar. Nadal no estuvo mal, pero se encontró con uno mejor, uno que no permitió en ningún momento del partido que el español estuviera cómodo sobre la cancha, sobre su cancha. Hoy, sin lugar dudas, ganó el que mejor jugó. Soderling hizo lo que Djokovic no pudo hace dos semanas. Concretó. Tuvo seis oportunidades de quebrar, y lo hizo en cinco. No desperdició sus oportunidades, no se puso nervioso, o al menos no lo expresó. Mantuvo la calma, y lo hizo. Logró lo que nadie había podido. Soderling, sí, Soderling logró lo que ningún otro tenista pudo hacer en cuatro años, derrotar a Nadal en Roland Garros. Fue la venganza, en el torneo de Roma, Nadal apabulló sin contemplaciones a este mismo Soderling por 6-1 y 6-0. Aunque decir que era el mismo Soderling es en realidad un error, era otro, él que se presentó hoy en la Philippe Chatrier era indiscutiblemente otro.
¿Qué pasará ahora en Roland Garros? Los dos jugadores que mejor se habían mostrado en esta temporada de arcilla, Djokovic y Nadal, están fuera. Queda Federer que tiene una oportunidad única. Y por el lado del cuadro en el que estaba Nadal, todos tienen chance. Fernando Gonzalez, Andy Murray, Fernando Verdasco y Nikolay Davydenko ven con ilusión meterse por primera vez a la final de Roland Garros. Solo Murray ha jugado una final de Grand Slam de todos ellos, pero tendrá en Gonzalez a un rival muy difícil.