Vamos conociendo poco a poco a Roger Federer. Hace ya un tiempo dejó de ser un robot y pasó a ser humano como nosotros. Posiblemente siempre lo fue pero su perfección para jugar al tenis y su cabeza fría nos hizo pensar lo contrario.

Aunque en sus primeros años Roger solía tirar sus raquetas contra el piso y romperlas, este comportamiento cambió y así el se convirtió en uno de los mejores tenistas que el deporte blanco haya visto.
Hace un par de meses fue el llanto que no pudo contener tras perder la final del Abierto de Australia contra Rafael Nadal, ese llanto que conmovió a muchos, por no decir todos (incluido Nadal) y que algunos incluso compartimos con él, ese llanto de impotencia y frustración ante un rival que simplemente en este momento es mejor que él. ¿Por qué el suizo no parecía humano antes? Simplemente porque no tenía rivales que provocaran estos sentimientos en él, nadie lo frustró por tanto tiempo y en tantas ocasiones como el español lo ha hecho.
Hoy, en su derrota contra Novak Djokovic, por las semifinales del Masters de Miami, vimos un lado distinto, uno que no conmovió tanto pero que igual sorprendió. Vimos a un Federer totalmente frustrado con su juego, con el viento y con su rival. Tanto así que tiró su raqueta contra el piso, quedando ésta destrozada. Muchos tenistas lo hacen, es una forma de desfogarse, y cuando se le preguntó sobre esto al suizo en la conferencia de prensa, dijo que le pareció algo natural por como iba transcurriendo el partido. Tal vez es natural, tal vez es normal, el problema Roger, es que nos acostumbraste a que tú, no eras normal.

Aunque en sus primeros años Roger solía tirar sus raquetas contra el piso y romperlas, este comportamiento cambió y así el se convirtió en uno de los mejores tenistas que el deporte blanco haya visto.
Hace un par de meses fue el llanto que no pudo contener tras perder la final del Abierto de Australia contra Rafael Nadal, ese llanto que conmovió a muchos, por no decir todos (incluido Nadal) y que algunos incluso compartimos con él, ese llanto de impotencia y frustración ante un rival que simplemente en este momento es mejor que él. ¿Por qué el suizo no parecía humano antes? Simplemente porque no tenía rivales que provocaran estos sentimientos en él, nadie lo frustró por tanto tiempo y en tantas ocasiones como el español lo ha hecho.
Hoy, en su derrota contra Novak Djokovic, por las semifinales del Masters de Miami, vimos un lado distinto, uno que no conmovió tanto pero que igual sorprendió. Vimos a un Federer totalmente frustrado con su juego, con el viento y con su rival. Tanto así que tiró su raqueta contra el piso, quedando ésta destrozada. Muchos tenistas lo hacen, es una forma de desfogarse, y cuando se le preguntó sobre esto al suizo en la conferencia de prensa, dijo que le pareció algo natural por como iba transcurriendo el partido. Tal vez es natural, tal vez es normal, el problema Roger, es que nos acostumbraste a que tú, no eras normal.
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